martes, 9 de julio de 2013

LIPOATROFIA SEMICIRCULAR


Quizá recuerden la noticia  de la  guardería municipal de Barcelona  que el pasado mes de abril tuvo que cerrar provisionalmente de manera preventiva al haberse detectado cuatro casos de LIPOATROFIA SEMICIRCULAR, dos en niños y dos en trabajadoras del centro.

Esta extraña enfermedad se dio a conocer en el año 2007, cuando se diagnosticó en varios/as trabajadores/as de las oficinas de algunas grandes  empresas como Gas Natural y La Caixa. Los afectados presentaban la pérdida de tejido adiposo, generalmente en muslos, glúteos y antebrazos, como consecuencia del contacto o proximidad de estas zonas del cuerpo con mobiliario metálico conductor de electricidad estática.

Aunque el Síndrome de lipoatrofia semicircular es considerado como una lesión de carácter benigno y reversible, cuyas consecuencias suelen desaparecer cuando se deja de estar expuesto a los factores que la provocan, resulta conveniente recordar algunas de sus características y medidas preventivas.

Esta patología se caracteriza por la aparición de una depresión en la superficie de la piel, en forma de banda semicircular, de ahí su nombre. Se localiza normalmente en la cara anterior-externa del muslo y se debe a la atrofia del tejido graso subcutáneo.

Además de este síntoma principal, también se relacionan otros como: cefaleas, irritabilidad, tos seca, prurito cutáneo y sensación de pesadez en las piernas.

El síndrome de la Lipoatrofia semicircular se asocia con la exposición a campos electromagnéticos durante largos periodos de tiempo, así como a la presión del mobiliario (Ej. Mesa o silla) sobre ciertas partes del cuerpo, especialmente los muslos.

En consecuencia, las medidas preventivas pasan, por reducir la exposición de los/as trabajadores/as a estos factores. Para ello, es importante que la evaluación de riesgos y el plan de medidas preventivas incluya la realización periódica de estudios sobre la calidad del aire y las condiciones termohigrométricas del lugar de trabajo. En este sentido, es importante que se mantengan valores de humedad relativa entre el 50 y 70% para reducir la electricidad estática.

Los materiales del mobiliario del entorno del puesto de trabajo deben ser preferentemente  materiales poco conductores. Cuando se trate de muebles metálicos es conveniente asegurar que las masas tiene una buena “conexión a tierra” para evitar descargas eléctricas a los trabajadores.


Por último, se debe evitar permanecer mucho tiempo sentado y que el mobiliario comprima la parte superior y externa de los muslos. El diseño ergonómico del puesto y su adaptación a cada persona contribuirán a reducir el riesgo.

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Foto: www.abc.es

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